¡Celebramos 15 años creciendo juntos!

Durante este año se abren horizontes con los primeros viajes de inmersión a Canadá y Londres, conectando el espíritu agustiniano con el mundo globalizado.

Bajo la rectoría del Padre Carlos Villabona, comienza a tomar forma una propuesta educativa cimentada en la interioridad y el encuentro con el otro, valores esenciales de nuestra identidad agustiniana.

Se profundizan los niveles de inglés y se enriquecen las electivas. En el ámbito artístico, florecen los semilleros de investigación heredados del Agustiniano San Nicolás. Son semillas de creatividad y búsqueda del conocimiento sembradas en tierra fértil.

Inspirados en el pensamiento de San Agustín, se desarrollan proyectos transversales con la comunidad educativa, reflejando una pedagogía del corazón que conecta razón, emoción y espiritualidad.

Desde Sociales se celebra la diversidad colombiana como una riqueza cultural que nos hermana. Las Olimpiadas Agustinianas se inauguran con entusiasmo, promoviendo el esfuerzo, la fraternidad y la alegría del encuentro.

El departamento de religión amplía su propuesta con Agustinología, una asignatura que conecta saberes con espiritualidad. Docentes y estudiantes de grado undécimo conforman el grupo de misioneros, llevando a la práctica el ideal agustiniano de servir y amar a la comunidad.

Se incorporan electivas deportivas, y la Uniagustiniana inicia formación en Robótica e Informática para grados 10 y 11, demostrando que la tecnología también puede ser camino hacia la sabiduría. La educación se transforma en un proceso vivo y creativo.

Comienza la primera fase de ampliación de la planta física, símbolo visible de una comunidad que no deja de crecer. El Padre Fr. Danilo Isaí Romero Raba asume como Vicerrector, fortaleciendo con su liderazgo el espíritu de comunidad y servicio. Todo se orienta a formar personas íntegras, con mente abierta y corazón agustiniano.

El Padre Jaime Calvo asume la Vicerrectoría y Coordinación de Pastoral, guiando con visión y calidez los proyectos de formación espiritual. Las actividades con la Universitaria Agustiniana y nuevos convenios con universidades fortalecen la proyección académica de los estudiantes de grado undécimo.

Nace la plataforma VirtualCat, desarrollada internamente, como puente entre lo digital y lo pedagógico. Así, el colegio reafirma su identidad innovadora sin perder el centro: el estudiante como ser integral que busca la verdad, a la luz de San Agustín.

Desde la espiritualidad agustiniana, entendemos que el cuerpo también es templo del espíritu, y que el cuidado del entorno fortalece la armonía interior. Las nuevas canchas se convirtieron en escenarios de encuentro, esfuerzo compartido y alegría comunitaria, reforzando los lazos entre estudiantes, docentes y familias. Cada partido jugado, cada risa en el recreo, cada entrenamiento fue una forma de construir comunidad desde la acción.

Este año también marcó el inicio del rectorado del Padre William Hincapié, quien asumió la misión educativa con un liderazgo cercano, firme y lleno de fe. Su llegada trajo consigo un impulso renovado hacia el ideal agustiniano: educar para la interioridad, el amor fraterno y la trascendencia. Así, en el camino hacia nuestro aniversario de 15 años, dimos un paso más en la consolidación de una familia agustiniana que crece unida.

Ese mismo año, se incorporaron las cátedras de emprendimiento, promoviendo una mentalidad creativa, crítica y con sentido social en nuestros jóvenes. Bajo la inspiración agustiniana del servicio y la búsqueda del bien común, cada proyecto desarrollado se convirtió en un acto de fe activa, una respuesta concreta a los desafíos del mundo actual. Educar para emprender, en nuestro caso, significó educar para transformar con propósito.

Además, el colegio fortaleció su proyección hacia el futuro a través de su participación activa en ferias universitarias. Lo hizo en unión fraterna con otros colegios hermanos de la familia agustiniana, tejiendo redes de conocimiento y comunión.

En ese mismo año, Tagaste se convirtió en anfitrión del Congreso de Educación Agustiniana, un evento de impacto nacional e internacional. Delegaciones y ponentes de instituciones hermanas compartieron experiencias, reflexiones y propuestas que enriquecieron profundamente nuestra comunidad educativa. Este encuentro fortaleció la red de la familia agustiniana y reafirmó el papel de nuestro colegio como referente en la construcción de saberes con sentido espiritual y ético.

Además, se implementó un plan de lectura diaria que sembró raíces profundas en el amor por la palabra. Autores reconocidos como Claudia Palacios, Patricia Lara y Enrique Rojo visitaron nuestra biblioteca Santa Mónica, generando espacios de diálogo literario y pensamiento crítico. Así, nuestro colegio se consolidó como epicentro de cultura, lectura y formación integral, proyectando su misión educativa con visión trascendente hacia el futuro.

En paralelo, se puso en marcha el proyecto STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), una apuesta innovadora por la formación integral que articula el pensamiento lógico con la creatividad. Con la adquisición de kits LEGO especializados, nuestros estudiantes comenzaron a explorar el aprendizaje a través de la experimentación activa, desarrollando habilidades técnicas mientras cultivaban el trabajo en equipo, la resiliencia y la resolución de problemas.

Así, desde nuestra casa de formación agustiniana, sembramos una visión que armoniza ciencia y fe, razón y corazón. En este primer paso del camino tecnológico, la comunidad de Tagaste reafirma su compromiso con una educación transformadora, centrada en la persona y orientada al bien común, en sintonía con el legado de San Agustín y la misión educativa de la Orden de Agustinos Recoletos.

Gracias al acompañamiento de la Universidad Agustiniana, nuestros docentes recibieron formación en metodologías pedagógicas mediadas por TIC. Así nació una propuesta de aulas virtuales sólidas y humanas, donde la cercanía espiritual suplía la distancia física. Las herramientas interactivas potenciaron una nueva manera de enseñar, con foco en la interioridad, el discernimiento y la autonomía.

Desde Tagaste dimos un paso firme hacia la educación digital, sin perder el rostro humano que nos distingue. La plataforma virtual consolidada este año se convirtió en semilla de nuevas formas de aprendizaje, en las que la comunidad educativa permaneció unida, resiliente y comprometida con el legado de San Agustín: enseñar desde el amor, buscar juntos la verdad y formar corazones abiertos a la trascendencia.

La transición se realizó con un profundo sentido de comunidad y responsabilidad. Se adecuaron los espacios escolares para garantizar la seguridad y el bienestar, integrando plataformas de apoyo a la presencialidad que facilitaron la alternancia educativa. El contacto humano recobró su valor sagrado, y cada encuentro se vivió como un regalo, como lo enseñan los valores agustinianos de comunión y fraternidad.

En esta etapa, la familia agustiniana comprendió que educar no solo es transmitir conocimientos, sino tejer vínculos, compartir esperanzas y construir juntos. La alternancia no fue solo un modelo pedagógico: fue un signo de que el amor que nos une como comunidad supera cualquier distancia.

Inspirados por el pensamiento de San Agustín —quien afirmaba que “solo quien ha aprendido a amar puede enseñar bien”—, nuestros docentes llevaron adelante una formación que combinó cercanía espiritual con innovación pedagógica. La tecnología fue el medio, pero el centro siguió siendo la persona: sus preguntas, sus búsquedas, su crecimiento.

Este nuevo modelo no solo mejoró la calidad académica, sino que fortaleció la identidad agustiniana del colegio. Aprendimos a ser flexibles sin perder el rumbo, a innovar sin olvidar nuestras raíces.

Cada mejora en infraestructura es reflejo de un ideal mayor: formar seres humanos capaces de transformar su mundo con sabiduría, empatía y fe. Así, el colegio sigue creciendo, con raíces firmes y alas que se extienden al futuro.

Gracias a una dotación tecnológica avanzada —impresoras 3D, máquinas láser, kits Arduino, lápices 3D y tablets— nuestros niños y jóvenes descubrieron que la tecnología puede ser camino hacia el pensamiento crítico, la responsabilidad y la solidaridad. Cada proyecto realizado fue una oportunidad para transformar ideas en realidades, sueños en soluciones, conocimiento en servicio.

Además, se inauguró el proyecto “Ajedrez en el aula”, como herramienta pedagógica para fortalecer el pensamiento estratégico y la toma de decisiones con serenidad. En paralelo, se construyeron nuevos espacios deportivos, reafirmando que en la pedagogía agustiniana el desarrollo integral —mente, cuerpo y espíritu— es esencial. La familia agustiniana vivió este año como un paso firme hacia el futuro, manteniendo la mirada puesta en el bien común y el crecimiento compartido.

En este mismo año, asumió como rector el Padre José Uriel Patiño, trayendo consigo un liderazgo centrado en el servicio, la escucha activa y la espiritualidad agustiniana. Su llegada marcó el inicio de una nueva etapa de crecimiento institucional, sostenida en la tradición pero abierta a la innovación.

Como signo de apertura y cercanía, se inauguró oficialmente la Avenida Guayacanes, facilitando el acceso al colegio y conectando más directamente a la comunidad con nuestro hogar educativo. Este año, en el marco de los 15 años del colegio, celebramos la expansión no solo física, sino también espiritual y afectiva, fortaleciendo el sentido de pertenencia a la gran familia de Tagaste.

Paralelamente, se implementó un protocolo optimizado para reforzar la seguridad integral de nuestros estudiantes, reafirmando el compromiso con su bienestar físico y emocional. Pero el gesto más profundo de este año fue un acto de amor comunitario: el colegio realizó una donación para la cuota inicial de una vivienda para una familia vulnerable, en el marco del programa “Dame una casa” en alianza con Minuto de Dios.

Este acto de generosidad y fe activa demuestra que en Tagaste no solo formamos estudiantes, sino también ciudadanos compasivos. A 15 años de su fundación, nuestro colegio sigue siendo un faro de luz agustiniana, donde la educación se vive como servicio, y el crecimiento se mide por la capacidad de amar y transformar.

Estas aulas potenciaron el proyecto AULA MAKER, integrando investigación autónoma, exploración creativa y trabajo colaborativo. En ellas, cada estudiante descubrió que la tecnología puede ser una vía para el pensamiento crítico y la transformación del entorno. Así, la educación digital dejó de ser instrumental para convertirse en misión: formar seres humanos capaces de iluminar el mundo desde su interioridad, como enseña la espiritualidad agustiniana.

Además, se concretó un acto de amor con profundo sentido evangélico: la construcción de una rampa de acceso universal, garantizando inclusión plena en todos los espacios del colegio. Porque en el Agustiniano Tagaste, educar es amar, y amar es abrir caminos. Hoy, nuestra familia agustiniana avanza unida, celebrando 15 años de interioridad, comunidad y trascendencia, con una visión educativa que transforma a través del ser.